Hace tiempo que no escribo un artículo. La verdad que el Otoño me hace estar más conmigo misma, reflexionando y pensando sobre mis cosas. Un día aprendí a escuchar a mi cuerpo y a darle lo que necesita en cada momento. Me pedía tiempo para mi, y esto es lo que le he dado. Espero que vosotros también lo escuchéis y le seáis fieles, es la mejor medicina para el alma.

Hoy voy a escribir sobre un tema que he hablado más de una vez pero que es el tema estrella que me encuentro en consulta: El no saber poner límites a uno mismo y a los demás, o si los ponemos, es de una manera con la que no nos acabamos de sentir a gusto, normalmente, de cualquier manera y a lo loco.

El otro día en consulta me surgió una metáfora mientras le explicaba a una clienta el tema de la necesidad de ponerse límites a ella misma y, ya de paso, ponerlos a los demás. Sí, esto funciona así, si tú te dejas pisotear es porque tu mism@ permites la entrada, con una gran pancarta: Entrada libre, deje aquí su mierda. O a veces, te cagas tu mism@, muchas veces no necesitamos a nadie para sentirnos que no valemos nada, a que no?

La Comunicación.. ¿Tú no tienes problemas con ella?

Tengo que confesaros que hace unos cuantos años ya, yo tenía problemas con la Comunicación. No sabía cómo comunicar a los demás las cosas que me pasaban y qué sentía. A veces, me las callaba por evitar conflictos, otras salían las palabras a borbotones, sin control. La verdad que recuerdo aquella época como una época donde los conflictos con las personas que querían eran habituales. Es normal, si no sabía cómo decir las cosas, es normal que hayan conflictos, ya que continuamente nos estamos comunicando con nosotros mismos y con los demás. Tal vez te ayude este artículo para ver cómo te comunicas tu.

Un día, cansada de esto, decidí ponerme las pilas y trabajarme este aspecto que me impedía tener relaciones más sanas con los demás y también conmigo misma. Ten en cuenta que con el ser que más hablas durante el día eres contigo mismo… ¿Qué te dices y cómo te dices las cosas? Esto es importante. Ese día que entendí que algo tenía que cambiar, me dí cuenta que el único camino para comunicarte de una manera sana y efectiva es la Asertividad.

Y tú.. ¿Eres Pasivo, Agresivo o Asertivo?

En Terapia es muy común acabar trabajando sobre este tema, la bendita Asertividad.

¿Por qué? Porque la mayoría de conflictos que tenemos son por temas relacionales y también comunicacionales.

El ser humano es un ser principalmente relacional, vivimos en continua interacción con los demás, y a nivel de comunicación existen muchas carencias que son las que nos llevan a la mayoría de conflictos con nosotros mism@s y con los demás. Lo bueno es que si te faltan ciertas habilidades comunicacionales, se pueden aprender tranquilamente. 

Agradecer en lugar de quejarse… ¿Difícil para ti? ¡Vamos, qué tú puedes!

Vivimos en un lenguaje basado en la carencia: me falta, necesito, no podré alcanzarlo, no tengo tiempo.. etc. Si, seguro que en parte es cierto, pero… ¿Por qué le dedicamos tanto espacio y tanta energía a esto que no nos hace sentir nada bien? Somos un poco pesaditos, ¿no crees?

Nos pasamos el día y la vida copiando maneras de expresarnos de una sociedad que cada vez vive más triste, más angustiada y más decaída. Sí, estamos en crisis y estamos pasando por un mal momento.. pero dónde ha quedado esto de.. “Estaremos en crisis pero a mí, mi alegría, mi esencia, no me la quita nadie”. Esto lo escuché de alguien una vez, de alguien que realmente estaba pasando por una muy mala situación económica y familiar. Esta frase me llegó muy adentro y me la repito cuando me dejo llevar por ese lenguaje vacío, carente y sin vida.

Os dejo una reflexión que escribí hace algún tiempo sobre la Dependencia Emocional. En breve escribiré un artículo sobre este tema.

"Harta de mendigar cariño.. ese que le sobra a los demás.. a su manera y modo para dármelo a mi.. Recoger esos restos que nunca llenan.

Harta de esto, elegí dejar de prostituirme por amor..

Harta de cambiar, de amoldarme, de dejar de ser, harta de pensar de una manera a fin a mi chulo amoroso para que me quiera y sentirme que valgo algo..

Harta de todo esto y de sentir mucho dolor y vacío cuando se van.. Hasta los cojones de todo esto..

El Otoño en mi vida

Estamos en Otoño y con él estamos una serie de cambios. Es normal. El otoño nos afecta a nivel emocional y corporal y ya de paso, a nivel mental.

¿En qué lo notamos? Nos sentimos más cansados, con más sueño, con menos energía. La clave es escuchar a nuestro cuerpo, él es sabio. Está claro que no podemos dormir todo el día por mucho que nos lo pida, ya que tenemos una serie de responsabilidades. Lo que sí que podemos hacer es una serie de negociaciones.

La Ansiedad… Una Tapadera.

¿Quién no ha tenido Ansiedad alguna vez en su vida? Yo, Varias veces. Y, ¿tú?

La Ansiedad es un estado emocional/corporal/mental tremendamente desagradable. 

¿Y para qué aparece la Ansiedad? Ah, pero.. ¿Aparece para algo? Yes, yes, yes!

Si tenemos en cuenta que todas las emociones y estados de ánimo nos informan sobre algo y por lo tanto tienen una función.. La Ansiedad no iba a ser menos.

Si no te funciona, cambia! Sí, pero.. ¿Qué cambio?

El Ser Humano tiene una capacidad increíble para realizar cualquier cosa que se proponga, tanto si nos vamos para el polo positivo y constructivo, como para el polo negativo y destructivo. Lo importante es conseguir nuestros objetivos, no? Claro que hay métodos más éticos que otros y consecuencias más positivas que otras.

El eterno problema viene cuando queremos solucionar una dificultad o conflicto, y sin darnos cuenta lo estamos estropeando más. El ser humano también es muy creativo a la hora de solucionar problemas pero también podemos ser un poco tercos en querer aplicar las soluciones. A veces, aplicamos la misma solución obteniendo siempre los mismos resultados, incluso a veces, creemos que estamos aplicando diferentes soluciones y resulta que al final es exactamente lo mismo pero cambiando de ropa a la solución y a veces, incluso, maquillándola.

Bien y Mal no existen (casi nunca)

El bien y el mal resultan unos adjetivos muy sentenciosos. Me viene a la mente, cada vez que lo escucho, el típico juez con el martillito cuando sentencia al acusado como culpable o inocente (siempre interpretando las leyes, claro). O también me imagino al típico cura dando la misa en una iglesia.

Como nosotros nos somos jueces ni juezas ni curas (la mayoría no lo somos), el tema de decir que algo está bien o está mal me parece que es algo que no nos compete. Por lo menos a mí, claro. Los psicólogos, cuando estamos pasando consulta, no solemos hacer juicios de valor cuando nuestro cliente nos está explicando algo (algo que siente, que piensa o que hace).

Necesito, necesito y necesito.. ¿Si? ¿Seguro?

En esta cultura en la que vivimos nos pasamos el día escuchando y diciendo constantemente la palabra necesito.

Vivimos en un mundo lleno de necesidades (no resueltas, claro) y donde cada vez nos crean más y más necesidades. En definitiva, vivimos en un mundo lleno de carencias, ya que cada vez que dices “necesito” te estás diciendo a ti mismo que tienes una carencia, es más, te estás diciendo que posiblemente eso que “necesitas” no lo vayas ni a tener ni a conseguir nunca.. ¡Qué maravilloso!

Como he dicho, vivimos en un mundo lleno de carencias de todo tipo, y además, utilizamos un lenguaje que nos dice constantemente que tenemos carencias por un tubo.. ¡Genial!

¿Pareja? No, gracias.

Hay algunas personas (no sé si muchas o no) que es escuchar la palabra pareja, relación, compromiso y, es tal el agobio, que les puede dar un síncope (exagero un poco, lo sé).

Esto puede ser debido a malas experiencias o que en nuestra cultura, estas palabras están asociadas a cosas malas para nosotros.

A menudo asociamos estas palabras a obligaciones, frustraciones, confusión del “Yo” propio a un “Nosotros”, a la falta de plenitud…  y podría seguir con una larga lista pero lo dejaré aquí.

Dejar marchar aquello que nos duele

Cuando hemos sufrido alguna pérdida, la que sea, no tiene porque ser pérdida física por la muerte de un ser querido, sino una simple pérdida de algo o de alguien que es importante para nosotros.. ¿Qué pasamos?

Cuando perdemos a ese alguien que ha sido importante pasamos lo que se llama un proceso de duelo. Hay duelos más o menos largos, esto dependerá de muchas variables: de qué es lo que hemos perdido y cuán importante era para nosotros, de experiencias vitales previas, de nuestros recursos, del momento del ciclo vital que nos encontramos, de nuestra maduración emocional en esa área concreta… y podría seguir con una larga lista.

Lo que sí que sabemos es que pasar un duelo, duele y mucho. Es por esto que mucha gente no lo quiere pasar y evita el sentir ese dolor.

La Asertividad es una asignatura pendiente para casi todos. Muchas veces tenemos la sensación de que no sabemos decir "no" y marcar límites (nuestros derechos) a los demás, por miedo a que se enfaden con nosotros y crear una discusión.

Muchas veces cedemos a los demás por miedo a que se piensen que no les queremos, para evitar conflictos o demás pensamientos limitantes no realistas.

Libro. Corrígeme si me equivoco

Autor: Giorgio Nardone

Editorial Herder, Barcelona, 2006

En su último libro, Giorgio Nardone, uno de nuestros psicoterapeutas favoritos, desgrana los entresijos de la comunicación en la pareja. Un libro breve, sin un ápice de paja –algo que sinceramente se agradece– en el que nos enseña a dialogar estratégicamente con el fin de alcanzar y transformar los desacuerdos en acuerdos, los posibles conflictos en alianzas. El diálogo estratégico –fruto de una larga y exhaustiva investigación aplicada a los procesos de comunicación en el ámbito filosófico, terapéutico y empresarial– parte de la premisa de que el objetivo de la comunicación no es vencer haciendo perder al otro, sino vencer juntos. Se busca descubrir conjuntamente aquellas perspectivas que permiten encontrar el acuerdo.